jueves, 2 de junio de 2011

De casta le viene al galgo.

Cualquiera que haya visto la última entrega de Piratas del Caribe habrá podido comprobar que la excentricidad española viene de antiguo. Mientras en la mayoría de países europeos se está saliendo de la crisis, siempre a costa de recortes en los servicios públicos y los salarios, aquí estos recortes solamente están sirviendo para simular que se están tomando medidas. Sin la creación de palancas que empujen hacia arriba la industria, es imposible generar el movimiento económico necesario para crear riqueza. Esto se está viendo perfectamente en este estado, que después de haber estado ebrio de construcción, se encuentra en la resaca, desorientado e impotente. Esto lo explica como nadie Aleix Saló en su corto de animación. Sin embargo un estudio alerta de que el número de ricos en España tiende a doblarse en poco tiempo. Mientras tanto, nuestra sociedad aúpa a corruptos a los puestos de poder, donde estos seguirán permitiendo que los ricos, los muy ricos, sigan prestando dinero al gobierno (y los gobiernos autonómicos y municipales) a muy alto interés sin reinvertirlo en forma de financiación a la empresa.
Mientras, sociólogos como Luis Castells y economistas como Vicenç Navarro, que son eminencias que están formando promociones de titulados desde hace años, ven como los españolitos (incluyo a todos los que legalmente son españoles ahora, a favor o en contra de su voluntad), hacemos caso omiso de sus advertencias y volvemos a poner en manos de los peores nuestro futuro. Realmente parece que somos así desde hace mucho y que nos cuesta evolucionar, porque actuamos como esos españoles que echan el cierre a la última aventura de Jack Sparrow.

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