jueves, 2 de junio de 2011

De casta le viene al galgo.

Cualquiera que haya visto la última entrega de Piratas del Caribe habrá podido comprobar que la excentricidad española viene de antiguo. Mientras en la mayoría de países europeos se está saliendo de la crisis, siempre a costa de recortes en los servicios públicos y los salarios, aquí estos recortes solamente están sirviendo para simular que se están tomando medidas. Sin la creación de palancas que empujen hacia arriba la industria, es imposible generar el movimiento económico necesario para crear riqueza. Esto se está viendo perfectamente en este estado, que después de haber estado ebrio de construcción, se encuentra en la resaca, desorientado e impotente. Esto lo explica como nadie Aleix Saló en su corto de animación. Sin embargo un estudio alerta de que el número de ricos en España tiende a doblarse en poco tiempo. Mientras tanto, nuestra sociedad aúpa a corruptos a los puestos de poder, donde estos seguirán permitiendo que los ricos, los muy ricos, sigan prestando dinero al gobierno (y los gobiernos autonómicos y municipales) a muy alto interés sin reinvertirlo en forma de financiación a la empresa.
Mientras, sociólogos como Luis Castells y economistas como Vicenç Navarro, que son eminencias que están formando promociones de titulados desde hace años, ven como los españolitos (incluyo a todos los que legalmente son españoles ahora, a favor o en contra de su voluntad), hacemos caso omiso de sus advertencias y volvemos a poner en manos de los peores nuestro futuro. Realmente parece que somos así desde hace mucho y que nos cuesta evolucionar, porque actuamos como esos españoles que echan el cierre a la última aventura de Jack Sparrow.

jueves, 26 de mayo de 2011

La marcha atrás

No, no va de sexo, pero sí de éxtasis, éxtasis religioso. Esta mañana he leído en el blog sobre ciencia La ciencia y sus demonios un artículo sobre el aumento del integrismo religioso en los EUA. En él, el autor demuestra su temor a que haya un retroceso en el desarroyo tecnològico al ganar el mito terreno a la ciencia. Bueno, yo no creo que esté tan claro que el mito perjudique el avance tecnológico, aunque he de matizar esto.
Una de las cosas que busca el creacionismo es desmentir la teoría de la evolución de las especies, además de otras teorías o estudios como la del Big Band o los geológicos que datan la fecha de creación del planeta muchos millones de años antes de lo que proponen las sagradas escrituras. El principal objetivo que persiguen es justificar el dogma del diseño inteligente: que todas las cosas están creadas por un ser supremo omnisciente y omnipotente.
Hemos de recordar que una de las principales características de las grandes religiones monoteístas es la linearidad del tiempo y el libre albedrío, aunque algunas ramas de estas religiones hagan hincapié en la predestinación. Ya la filosofía teológica medieval separa la teología de la filosofía para que la ciencia pueda avanzar en el estudio de la naturaleza pero sin poner en duda los preceptos religiosos sobre la existencia de una inteligencia primera, única y superior, y sobre la creación del mundo.
Por lo tanto, estas doctrinas permiten la investigación científica para la creación de tecnología, con la excepción de todo aquello que atente contra la moral de la Iglesia como la investigación con células madre, o en su época la teoría sobre la rechonchez de la Tierra, la cual se acabaron tragando los curas en cuanto Magallanes completó su primera vuelta al mundo.
Ahora bien, lo que sí está en claro peligro en cuanto el mito alza la voz es la filosofía, la epistemología y el pensamiento crítico, y esto es muy importante porque afecta a cómo una sociedad percibe la realidad. Lo cual no quiere decir que una realidad sea la buena y otra la mala. Ya sabemos cómo afecta a la gente moderna el progreso y el positivismo científico. La ciencia no puede dar algunas respuestas a preguntas individuales (pero compartidas) de carácter ontológico. La religión sí las da y a muchas personas estas respuestas les reconfortan, opinemos los escépticos lo que opinemos y poco se puede hacer a corto plazo, a parte de intentar evitar por todos los medios que el mito se enquiste en la ley de un estado o país, y que por lo tanto, se filtre a las escuelas.
Pero atención, porque el momento de engranar la marcha atrás es precisamente éste que estamos viviendo ahora en todo el estado español. El bipartidismo es una de las mejores vacunas que existen contra el pensamiento crítico. El ser humano tiende a normalizar aquéllo que en un principio encuentra extraño por lo novedoso, pero con el que se encuentra cada día. También influye y mucho el sentimiento de pertenencia a un grupo, equipo, partido, clase. Entonces sucede que la realidad se percibe por la mayoría de manera que solamente hay dos opciones normales: los rojos y los azules. Y es a partir de aquí cuando estamos hablando de mito, mucho antes de que entre la religión en juego.

martes, 24 de mayo de 2011

Endevé...

...cómo nos hemos comido con patatas el programa electoral del PP. ¿El qué?. A veces hablo raro. ¿Tiene el PP programa electoral? Evidentemente que sí, pero que nadie se crea que la mayoría de votantes del partido del albatros (no es una gaviota) conoce cuál es su programa electoral. Claro que la mayoría de votantes del PSOE tampoco. Y lo mismo sucede en Catalunya con el PSC y CiU.
Uno de los principales hándicaps que tenemos los ciudadanos y anas que estamos de acuerdo y pedimos un cambio de la ley electoral es el desconocimiento de la gran mayoría de votantes de lo que realmente están votando.
Unos por querer más seguridad y menos inmigración (porque les han colado el gol de que la inmigración tiene la culpa de muchos males), otros por querer un mundo de subvenciones mágicas, votan a aquéllos que creen que pueden cumplir mejor con esas espectativas. Y esos votos suelen ir a parar al PP y al PSOE porque tienen el discurso y tienen el bagage histórico que les hace aparecer como adalides de una política concreta.
El caso es que la gente vota por simpatía a un candidato el cual arrastra tras de si una lista cerrada de desconocidos en la mayoría de los casos que gestionarán nuestros recursos municipales y autonómicos con fruición.
Así que el resumen de toda esta parrafada es que tenemos lo que elegimos, aunque lo elijamos a la gallinita ciega. Este es un país casposo en general, salvando aquéllas personas que votan con algo de juicio.
Mientras esto no cambie, bienvenidos/as a Scurfy World!